sábado, 10 de junio de 2017

El Ispa

País.¿Qué es un país? ¿Hasta dónde llega un país? ¿Desde qué lugar (de un país) podemos referirnos con autoridad y hablar del país?. Como si ese lugar fuera todos los lugares, y en todos los lugares del país ocurriese lo mismo. Lo bueno, lo malo, lo dantesco, lo maravilloso del ser humano argentino. Viviendo a casi 2000km de la capital de mi país, donde a través de los grandes medios de comunicación se nos vende la idea de país; suelo escuchar o leer testimonios o declaraciones con una liviandad asombrosa acerca de lo llaman país. De tanto repetir la palabra, se desvaloriza profundamente, y lo lamento.

Este país está surcado por diferentes geografías muy disímiles entre sí. Tiene una verticalidad además, que hace que las corrientes atmosféricas distingan a cada zona con un clima único y particular. La lejanía de muchas de las provincias con la capital y su lógico desarrollo ha relegado de alguna manera el carácter de cada provincia. Todos estos factores (y muchos más, obviamente) manifiestan una marcada influencia en el ser y hacer de sus habitantes. Sus formas de hablar, su manera de expresarse, su cultura, etc. Si bien los argentinos tenemos una idiosincracia que nos une desde una raíz muy compleja, siempre ha habido un claro contraste —en el imaginario colectivo— entre quienes viven en la capital y los que NO viven en ella. De allí que a los que no vivan en la provincia que acoge la capital se nos llame "el interior" o "del interior"; de hecho si uno mira el mapa puede verse a la provincia de Buenos Aires como una protuberancia hacia el mar. Tal vez por eso el resto es diferente, es otra parte, como añadida. Ha habido desde siglos pasados una mirada despreciativa hacia todo lo que no fuera la capital: en aras del desarrollo histórico, la zona desde donde yo escribo estaba llena de bárbaros, a los que había que degollar para ahorrar balas, sólo por poner un ejemplo. Esa mirada ha perdurado en un nervio muy profundo, aunque ahora lo despreciado esté a algunas cuadras, donde los bárbaros se aglutinan en villas o barrios carenciados. Allí también late el corazón abstracto de un país.


A través de las frases repetidas, las historias contadas por años, de generación en generación, los contrastes trascienden y volvemos a empecinarnos en repetir las mismas frases y las mismas historias. Desde cierto desconocimiento absoluto, el argentino por lo general toca de oído, pero toca todo. Este país es una mierda— se puede escuchar, imagino, en cualquier parte del país. Las injusticias características de una sola persona en una situación muy en particular justifican de manera inobjetable que todo el país sea una mierda. Hay que ver que pueden haber situaciones que el habitante más lúcido y objetivo tiende a perder todo juicio de razón sobre lo que es posible ver en este ¿país?, eh. Pero lo que vemos y escuchamos por lo general es una idea que se construye en el imaginario colectivo a través de los medios de comunicación, sobre todo, lo que vemos en la TV. Si hay algo que nos une a los argentinos, es la TV, y nos une a la misma hora y en el mismo canal, muchas veces. Y la TV, se hace en la capital del país. Cierta argentinidad abstracta se crea y se digiere a través del eco de lo expresado en los medios: sean noticieros con miradas obsecuentes, series donde los actores (directores, guionistas, realizadores) intentan reflejar a su vez el imaginario colectivo, la idiosincracia desde una historia de ficción, documentales y, decididamente, programas de entretenimiento.

No tenemos idea de país. A mí me gustaría viajar y recorrer todo lo que pueda de mi país. Si viajar enseña, imaginate viajar y conocer las diferentes regiones y gentes y realidades de tu propio país. Ojo, que yo he viajado algunas veces a la capital y mi experiencia (pequeña) no fue muy buena. Cuando sos "del interior" estás a otro ritmo. Se vive a otro ritmo, y eso que es el mismo país. Y el del interior posiblemente guarde los mismos vicios (por no llamarle rencor) y se refiera a los de la capital con el mismo desprecio. O acaso no son todos "porteños"?. Somos brutos. Somos todos bárbaros, je. Hablamos desde un desconocimiento casi total. Una simple idea nos da la anchura intelectual para referirnos a todo con una autoridad sinigual. Es un error, creo yo. No creo que este país sea una mierda. Creo que hay gente de mierda, como en todos los países, el problema es social, es cultural, es humano. La falta de moderación y de respeto son enormes. Estamos cruzados por una crudeza voraz que a su vez nos hace vanagloriarnos de actitudes incomprensibles. Somos el eco de nosotros mismos y lo que repetimos con arrogancia y sometimiento rebotando en una latita vacía de paté en la oscuridad de los tiempos. Somos un cliché. Este país se va a la mierda.


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