sábado, 24 de septiembre de 2016

Una Película Pedorra

De vez en cuando, la búsqueda de una película que se salga del molde tiene sus frutos. Más aún en esta sórdida época de superhéroes. Swiss Army Man está fuera de toda lógica, de toda órbita preconcebida; es lisa y llanamente una película destacable. Cuando supe de ella, leí flatulencias y viaje surrealista en una misma oración, de las dos oraciones con la constaba la breve reseña que la auspiciaba; algo decía de un cadáver en la otra oración. Y todo ello despertó abruptamente mi curiosidad. Ni siquiera ví el tráiler. A veces es mejor no saber mucho e ir deshilvanando la trama de la película viendo la película misma, sólo basta con dejarse llevar.


Y así lo hice. Un chabón se quiere suicidar en una isla desierta, justo en ese momento ve una cadáver en la orilla. El cadáver se tira pedos. Minutos después, el chabón utiliza al cadáver como moto de agua, para escapar de la isla. Así comienza y no tenés ni la más mínima idea de hacia dónde va, o hacia dónde van. Por momentos es muy simpática, hasta tierna; incómoda ¿tal vez?, no lo se, la cuestión de los pedos (que no la es durante la hora y media) es una suerte de catalizador. Es graciosa, los dos muchachos Paul Dano y Daniel Radcliffe se llevan muy bien en la pantalla. Al primero, lo tengo visto de varias películas; y creo que todas (o casi todas) ellas son "independientes". A Radcliffe, bueno, todo sabemos quién fue. Lo bueno es eso, que dejó de serlo. Al menos para mí, el mago quedó bien atrás; y él mismo, a través de cintas como Swiss Army Man se encargó de hacerlo. Su actuación está de algún modo bajo cierta lupa a medida que la relación entre los dos avanza; el tipo está muerto, la personificación de su cadáver es muy buena y lentamente, dicho personaje va asumiendo su rol; en la medida en que Paul Dano se lo va adjudicando.


Otro hecho destacable, además de la película en sí, insisto; es la música y la luz, muy protagonista en las escenas más oníricas en medio del bosque. Canciones tristes, melancólicas, indies. Por momentos, los directores, los Daniels (Daniel Scheinert y Daniel Kwa, leí por ahí que "una vez ganaron el premio a Mejor Director, en los Premios de Videos Musicales de MTV, pero sus madres se desanimaron al ver que no anunciaban esa categoría en televisión") dejan entrever posibles desenlaces con respecto a la relación que mantienen los dos personajes, pero a la vez, nada es dado por cierto en ningún momento. ¿Estará realmente muerto?, quién sabe. A la larga, poco importa.


Hay una mujer de fondo, Mary Elizabeth Winstead, cuya escasa aparición contrasta con la incidencia en la relación de los dos protagonistas. Se dejan cabos sin atar, y no queda la sensación molesta de necesitar atarlos, uno se hace cómplice de Hank y Manny, y de los Daniels también. Se disfruta, hace bien. Sí, es pedorra, como dice el título; pero sabrán entender la ironía del caso. Será un desafío a su sentido del humor. Tal vez el final sea la parte más realista de la película, pero siempre hay un pero.

Antes de escribir esta entrada, encontré un par de links con respecto a la película, que sirven a modo de epílogo, en uno de ellos, declaraciones de Daniel Radcliffe: "Es excitante usar pedos como algo diferente a la comedia, como usarlos para la trama o para provocar emociones y que la gente esté superincómoda... creo que hay algo maravilloso en todo ello". Y uno de sus directores, que se refiere a ciertas críticas de este modo: ha asegurado que titulares como "La película del cadáver flatulento de Daniel Radcliffe provoca abandonos" es redondo: "no podría haber escrito nada mejor", bromeando. Si se cree que es una película que gira en torno a ello, están muy equivocados...pero si a los críticos les molestó, es porque algo bueno debe tener, suelo pensar.

Por último, una página donde se puede jugar un poco con Manny, el cadáver de Daniel Radcliffe.

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