lunes, 28 de diciembre de 2015

El Año que Vivimos Desmemoriadamente

Cuánta abarca la memoria en retrospectiva?. Quiero decir, llega el fin de un año y uno ve los recopilatorios de momentos en la televisión, por ejemplo; y me pregunto: y si.........hicieras uno así en tu memoria?. No debe funcionar para todos igual. Alguno serán más memoriosos que otros, seguramente: no es mi caso, me cuesta mucho recordar momentos que debiera recordar en restrospectiva a modo de recopilación anual. Hay veces en que ciertos recuerdos son como los recuerdos de un sueño a la hora de despertar, todo muy confuso. Incluso, hay recuerdos que más me parecen sueños confusos que recuerdos, para ser sinceros. Y si me largo con fuerza a pensar en sucesos que hayan hecho mella en la memoria, por más que me esfuerce; no llego a 10. Es más (o menos, en tal caso) no creo que llegue ni a 5. Y es que desde hace algún tiempo, desde un hecho que me marcó sí de por vida; la medida de mi tiempo lo da cada día, cada mañana. O cuando termino de tomar mate. O después de almorzar. Y así. Si bien es inevitable realizar planes a futurocomo algún viaje— intento día a día, vivir el día a día. Así es como me digo yo que, entonces, por eso.....no recuerdo muchas escenas de la película que viví este año.


Claro que basta que uno empiece a escribir una entrada en su blog acerca de que no recuerda sucesos acontecidos durante el año; para que empiecen a venírseles a la cabeza varios. Y te detienes en alguno y ves que pasó hace largos meses. Ese recuerdo divide el año, y viajando en la memoria, puede que entre esas dos mitades logres encontrar algunos más. Y logres ordenarlos cronológicamente. Pero cuántos son?, cómo podemos recordar lo que nos pasó en un año?. Es imposible. Son pasajes, yo siempre cuando recuerdo, recuerdo todo fílmicamente. La memoria selecciona los mejores pasajes, entonces. Recopila. El método para seleccionar creo que es interesante: si el recuerdo reverbera de alguna manera en nuestra manera de sentir, y aún mejor; si ese recuerdo produce algun tipo de animosidad positiva, tal vez —paradójicamente—hacia el futuro; entonces permanece. O es al revés?. Si aquello que sentimos en el momento que nos pasó algo, o nos dijeron algo, o vimos algoen fin, el algo que se nos ocurra— hace que recordemos el momento. Es la misma memoria la memoria sensorial, si acaso existiera?. Como sea, me gusta la parte de la animosidad positiva.

Y ya casi que voy armando mi propio programa recopilatorio mientras sigo escribiendo y pensando en qué seguir escribiendo. O tal vez si me pusiera a escribir esos momentos del año que merecen estar en un top ten o top five, termine escribiendo un montón de hechos y sucesos que cuando los recordás no podés creer que te los hayas olvidado. La memoria como efecto dominó. Habría que probar, pero no tengo ganas. El otro día estábamos cenando en familia —ni siquiera era una fecha como para empezar a hacer balance— e hicimos un brindis porque sí, casi celebrando el hecho de estar juntos, fue espontáneo; y así sin más les dije: este año estuvo bueno. Fue un momento, que ahora recuerdo y será entonces el primer puesto del top ten (o five) si acaso lo escribiera; espontáneo también. Fue una sensación, como una certeza. Un sentimiento que te atrapa en determinado momento y sabes con todo lo que eres, que es cierto. Pero no tiene imágenes, pasajes fílmicos; no tiene momentos únicos, no tiene nada. O tiene todo, pero no se manifiesta de tal modo, se manifiesta como una sensación, y sentencias con nobleza: este año estuvo bueno.

Al final, tampoco la memoria juega un papel muy especial. Nos pasa tanto todos los días!, y a diferentes horas del día!...si recordáramos todo, estaríamos todos dementes. La mente es un músculo inteligente. Termina primando el momento, como el momento en que yo brindaba con mi familia cenando. Vivir día a día, plenamente, cada momento. Esta plenitud, esta conciencia de esta plenitud, hará tal vez que la memoria traduzca lo vivido en una animosidad positiva. Y eso siempre es algo bueno. 

Salud!


 

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